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La industria pesquera debe adaptarse a las graves consecuencias del cambio climático
Respuesta de Marine Stewardship Council al informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) sobre el océano y la criosfera.
La industria pesquera y los gobiernos deben intensificar de manera urgente sus esfuerzos en materia de cooperación, para garantizar la salud y productividad de nuestros océanos en el contexto del cambio climático.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) ha publicado hoy un histórico informe sobre el cambio climático y cómo afecta a nuestros océanos, que viene a sumarse a las ya numerosas pruebas existentes en torno a las graves consecuencias que está teniendo sobre las economías, los negocios y las comunidades que dependen de la pesca para poder subsistir y alimentarse.
Dicho informe aporta pruebas sobre el desplazamiento que se está produciendo en la distribución de algunas especies marinas hacia otras zonas, situadas a centenares de kilómetros de distancia, y sobre los cambios sufridos en la estructura de determinados ecosistemas que, en su conjunto, van a suponer importantes alteraciones para la pesca. MSC es testigo de cómo todo esto está afectando incluso a algunas de las pesquerías mejor gestionadas, las cuales están teniendo dificultades para poder hacer frente a las fluctuaciones de las poblaciones de peces derivadas, en parte, del cambio climático.
Por ejemplo, el reciente descenso detectado en las poblaciones de bacalao del mar del Norte ha sido atribuido a que cada vez son menos los ejemplares de bacalao que alcanzan la madurez debido, en parte, al cambio climático. Estas alteraciones en la dinámica oceánica han afectado también a la distribución de las poblaciones de caballa del Atlántico Nororiental, empujándolas más hacia el norte en busca de aguas más frías y poniendo en serias dificultades la gestión conjunta de dichas poblaciones.
Hans Nieuwenhuis, Director Regional de Marine Stewardship Council (MSC) para el Norte de Europa ha declarado que: “El informe del IPCC demuestra que actualmente urge más que nunca seguir avanzando hasta conseguir que la gestión de la pesca sea sostenible. Las pesquerías sostenibles que están bien gestionadas y que cuentan con sistemas de seguimiento, regulación y gestión, son más resilientes y capaces de adaptarse al cambio climático. Sin embargo, a los gobiernos y autoridades en materia de pesca de todo el mundo, les está costando un gran esfuerzo consensuar un acuerdo sobre cómo gestionar los recursos del mar, teniendo en cuenta la nueva realidad del cambio climático.
No es fácil adoptar un enfoque preventivo y tener que fijar cuotas y cambiar los métodos de pesca para incorporar las recomendaciones científicas y los cambios de orientación en los patrones migratorios de las especies, pero si queremos seguir disfrutando de productos pesqueros en abundancia y conservar la vida marina, debe hacerse.
Las pesquerías que cumplen con los estándares internacionales de MSC en materia de sostenibilidad y que representan el 15% de las capturas mundiales, son una prueba de que esto se puede lograr. Estas pesquerías han conseguido equilibrar sus prioridades económicas y medioambientales para proteger nuestros océanos y suministros de productos pesqueros. Sin embargo, el cambio climático amenaza con desestabilizar sus esfuerzos si no reaccionamos y conseguimos un consenso internacional.”
La cooperación internacional es vital
La suspensión de la certificación de MSC de la pesquería de caballa del Atlántico Nororiental a principios del presente año, es una prueba de lo difícil que es llegar a un consenso internacional, en torno a la gestión de los recursos pesqueros, cuando las poblaciones de peces cruzan fronteras geopolíticas.
Tras el cambio más rápido producido en la distribución de las poblaciones de caballa desde 2007, los estados costeros no han sido capaces de llegar a un acuerdo para fijar unas cuotas de captura conforme a las recomendaciones científicas. Para resolver este problema, las pesquerías de caballa se han comprometido a presentar, para mediados de 2020, una estrategia de captura efectiva y unas reglas de control de captura bien definidas. MSC está trabajando con sus colaboradores para respaldar esta iniciativa y dar una solución al conflicto.
“La situación de la caballa del Atlántico Nororiental es una prueba de que la cooperación internacional es necesaria de manera urgente para llegar a un acuerdo, si queremos que las pesquerías continúen pescando de forma sostenible y se adapten al cambio climático” – indica Nieuwenhuis.
La noticia publicada ayer sobre la suspensión de la certificación de MSC de la pesquería de bacalao del mar del Norte, sugiere que también ha sido debido, en parte, al cambio climático que ha provocado que cada vez sean menos los ejemplares de bacalao que alcanzan la madurez.
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